Zacatecas, Zac.- Elizabeth Agüero Medellín es una maestra joven y amable, siempre dispuesta a ayudar. La distingue su esmero en la docencia. Es maestra de matemáticas en el Colegio de Bachilleres del Estado de Zacatecas (Cobaez) y también está orgullosa de su espiritualidad y paz interior.

Agüero Medellín ha impartido todas las materias afines a esa ciencia exacta ─tan necesaria como complicada para muchos─ además, de otras asignaturas, como ecología y geografía.

Su dedicación la ha convertido en la asesora favorita de muchos estudiantes. Desde 2008 ha sido profesora en varios planteles del Cobaez como: Atolinga, Loreto, Bañón, Villa González Ortega y, actualmente, en el Ana María Yrma Maldonado Pinedo, conocido también como Plantel 40.

Recientemente fue reconocida como el mejor promedio de la Maestría en Educación Media Superior con Especialidad en Matemáticas y también recibió el premio por la Mejor Tesis del Año de la Universidad Politécnica Nacional (UPN).

Su trabajo lleva por nombre: La situación didáctica como medio para el estudio del concepto de límite en cálculo diferencial. una experiencia docente en el Colegio de Bachilleres, con la que obtuvo el grado de maestra.

Cuando habla de su experiencia docente, invariablemente ligada a su investigación de tesis, Elizabeth menciona tres aspectos como los descubrimientos más importantes: Que hay niveles para la comprensión por etapas, para que el alumnado pase del conocimiento intuitivo al abstracto en cálculo diferencial, concretamente en el estudio del concepto del límite; estos niveles van de menor a mayor grado de dificultad.

Que el alumnado no debe capacitarse para la memorización, sino para la comprensión del proceso del aprendizaje de una ciencia compleja.

Que desde que el alumnado se convierte en participante activo de su propio conocimiento también se hace responsable de su aprendizaje.

En el marco de la celebración de la vocación magisterial en México, Elizabeth relata que resolvió dedicarse a la enseñanza de las matemáticas cuando cursaba la preparatoria y tuvo una mala experiencia con un profesor, intolerante a la didáctica, con prácticas poco ortodoxas y que atormentaba a todos sus alumnos, tanto que su apodo era El diablo.

Esta experiencia traumática -recuerda la joven maestra- me hizo reflexionar y preguntarme si existían otros métodos para enseñar y aprender matemáticas… y aquí estoy “Hoy un docente debe ser humano, tener amor por lo que hace, respeto por los alumnos, actualizarse constantemente para que eso lo motive a implementar estrategias para el aprendizaje, porque lo que ahora aplica es probable que no se pueda utilizar dentro de varios años, pues las exigencias cambian con el tiempo”, dijo.

Entre las recompensas de ser docente Elizabeth menciona que, hace poco, un exalumno le escribió: Maestra, gracias a usted voy a ser ingeniero en mecatrónica. Gracias porque me enseñó el amor a las matemáticas. Al recordarlo, asegura que el ejercicio de la docencia es una vocación, un servicio y no se hace solo por un salario.